Una nueva disputa se asoma entre el gobierno y el sector empresario. Esta vez, por un anteproyecto de ley que está diseñando el diputado del FPV por Santa Cruz, Mauricio Gómez Bull, para financiar proyectos de infraestructura deportiva y una Asignación Universal para los chicos que practiquen actividad física.

La iniciativa impulsada por el amigo de Máximo Kirchner busca reformar la Ley del Deporte de 1974 y ya fue presentada a lo largo y ancho del país en una gira iniciada en febrero por todas las provincias. Pero lo cierto es que el proyecto genera preocupación entre los directivos las compañías afectadas, porque planea financiar esos gastos con un nuevo impuesto a las bebidas alcohólicas, gaseosas y a los cigarrillos.

La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) y el sector tabacalero ya pusieron el grito en el cielo. Si bien se trata de un anteproyecto y todavía restan definir los porcentajes y sectores alcanzados, los empresarios plantean que no podrían aguantar una nueva suba en la carga tributaria, porque por su carácter recaería sobre las economías regionales, que hoy atraviesan una durísima crisis como consecuencia del atraso cambiario.

“Este nuevo impuesto agravaría la situación actual de las economías regionales, que ya se encuentran atravesando 14 meses consecutivos de caída de sus exportaciones, una estrepitosa baja en su nivel de actividad, disminución del valor agregado y una crítica situación para mantener el actual nivel de empleo”, reza el duro comunicado difundido hoy por la Copal.

La entidad presidida por Daniel Funes de Rioja le solicitó “a las autoridades responsables del área que revean el anteproyecto de Ley mencionado ya que el mismo tendría un impacto altamente negativo para los consumidores, para las actividades deportivas que se busca beneficiar, para la Industria de Alimentos y Bebidas y para las ya alicaídas economías regionales”.

“El nuevo impuesto afectaría también a los sectores más carenciados de la población argentina si se tiene en cuenta que, según datos del Indec, el gasto de los hogares destinado a alimentos y bebidas representa aproximadamente el 45% del quintil más pobre de la población y que, además, el 50% del gasto total de los hogares en alimentos y bebidas es realizado por los tres quintiles de menores ingresos”, explicaron.

“Para la promoción del Deporte se deben buscar otros instrumentos y mecanismos que no afecten en forma directa a la actividad productiva”, propone la coordinadora de la industria alimenticia.

Una fuente de ese sector comentó a LPO que aún no se sabe si el impuesto será un porcentaje sobre el valor de venta o una tasa fija de 0,45 centavos por envase, aunque desde el entorno de Gómez Bull señalaron a este medio que la tasa sería del 1,5% como máximo y “no abarca a todas las golosinas, ni todos los alimentos que se mencionaron” en las notas que publicaron otros medios al respecto.

En el caso de la nueva asignación deportiva, el proyecto oficial que elabora el diputado, presidente de la Comisión de Deportes de la Cámara Baja, contempla que los fondos se destinarían a la cuota social que cobren los clubes o polideportivos con el objetivo "de garantizar el acceso a la práctica deportiva de aquellos que tienen menos posibilidades", según informó la página de Conectados por deporte.

También trascendió que de la redacción final del proyecto de ley estarían participando la Secretaría de Deporte y técnicos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

De acuerdo al diario La Nación, la mayor carga recaería sobre los cigarrillos y las bebidas alcohólicas y en menor medida sobre las gaseosas y otros alimentos “no saludables” como las golosinas.

“La iniciativa no cayó bien, sobre todo para el sector de los vinos, que viene muy mal y las economías regionales en general, que no están en una buena situación”, se lamentaba la fuente empresarial.

"La cuenta que hicimos es que si el proyecto sale tal como se menciona, el precio de nuestros productos al público tendría que aumentar un 6 por ciento porque no tenemos posibilidad de absorber este nuevo costo. Y la demanda no está respondiendo bien así que la baja en las ventas podría llegar al 5 por ciento", explicaron en una empresa líder de alimentos y bebidas citada hoy por el matutino.

En tanto, el sector tabacalero se declaró “en alarma”, ya que “el cigarrillo ya cuenta con una notable carga fiscal, que se aproxima a un 70% del precio de venta”, según recordaron desde la Federación Argentina de Productores del tabaco(FAPT). “En Argentina ya existen cinco impuestos que gravan a los cigarrillos, siendo tres de ellos específicos de este producto”, puntualizaron desde la FAPT.

“Una vez más encuentran en el tabaco una herramienta fácil para financiar proyectos de ley. Los impuestos al tabaco tienen un límite, que en la Argentina ya lo superaron. A nivel mundial, en promedio, el 59% de cada paquete de cigarrillos corresponde a impuestos, mientras que en Argentina ese número se acerca al 70%”, comentó el presidente de esa entidad, Pedro Pascuttini.

El titular de la Copal, Daniel Funes de Rioja.

LPOJuan Casas

El impacto

“El cultivo de tabaco es esencial para el desarrollo de las provincias del NOA y NEA (Misiones, Corrientes, Chaco, Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy), de una importancia superlativa, tanto en la generación de recursos y el desarrollo social de las comunidades, como así también en la constitución del producto bruto geográfico de las provincias productoras”, advirtió la FAPT. 

“El tabaco representa uno de los principales sectores agrícolas del país del cual dependen aproximadamente 1.000.000 personas para su subsistencia”, añadieron en un parte de prensa.

La Copal también aprovechó para mostrar los números de su sector, que representa el 25% del producto bruto industrial, más de 500.000 puestos de trabajo directos y más de 27.000 millones de dólares en materia de exportaciones.

Además, argumentaron que “el conjunto de bebidas analcohólicas y con alcohol ya se encuentran alcanzadas por la ley de impuestos internos, y se estima que en 2014 los sectores afectados por este anteproyecto aportaron al fisco más de $ 3.000 millones solamente en concepto de impuestos internos”.

“Por otra parte, la iniciativa no contempla el aporte que ya realizan las industrias alcanzadas por la misma para acompañar y fomentar las actividades deportivas así como la alimentación y hábitos de vida saludables”, plantearon desde la Copal.

“El sector está acompañando las políticas públicas que promueven la actividad física para disminuir el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. En este sentido, desarrolló más de 575 productos bajos en sodio, eliminó las grasas trans en el transcurso de 4 años en determinados alimentos y acompaña permanentemente el desarrollo de actividades deportivas, tales como maratones, carreras, esponsoreo de eventos deportivos, promoción de deportes amateurs en todo el país, entre otras muchas acciones. El monto estimado en inversiones y acompañamiento a eventos deportivos supera los $ 500 millones al año, los cuales quedarían en riesgo con una iniciativa como ésta”, se defendió la coordinadora presidida por Funes de Rioja.